Veo una luz intermitente y seductora,
Como el canto de la sirena.
El atolón de cemento negro no se mueve,
Erguido como un titán.
Un ciclope destructor de las gloriosas jornadas Bacanales,
Con cientos de restos de barcos partidos a sus pies,
Como calaveras que expresan miedo.
Las piedras son látigos,
Pesuñas que atrapan el sabio corsario
Pasmado de haber visto a los muertos remando,
En barcazas, sosteniendo luces y,
Naufragando como luciérnagas en la noche a su alrededor.
Escucho una sirena estridente,
Sueno como un trofeo de guerra.
Volviendo la cálida lluvia de verano en tormenta.
Es un océano embravecido a través,
De las oscuras tierras de la conciencia.
El pirata prófugo arremete feliz contra el cíclope,
El famoso faro del fin del mundo,
Soñado con, la eterna libertad.
Pero es devorado, junto a su desenfrenada tripulación:
Este Truan pasa a ser una enternecedora bailarina clásica;
Corre despavorido hacia sus cofres,
Llenos de monedas de oro,
Para envejecer y morir ahogado y, así,
Cumplir con el papel principal del cíclope, del titán,
Del faro que no toma este hecho como una bendita ofrenda, sino,
Que ya no disfruta de su crueldad pero sigue y sigue engañando y destrozando,
Maestros de la navegación ,
Como un pequeño y permitido vicio.
P.D: para el beat, y, sus amigos que no dejan marchitar el bosque, oh!, baby,
Baby, be blue; the thin blueline is short but, is trong!.
domingo, 21 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario